Staff/Rossi
Los hombres que han experimentado la privación de su libertad en México perciben la reinserción social de forma distinta a como lo hacen las instituciones, organismos y gobiernos que participan en este proceso. Para ellos, este discurso, funciona para estigmatizarlos, más que para brindarles oportunidades para salir adelante.
La ruptura radica desde el entendimiento del concepto. Para quienes han experimentado la cárcel, la reinserción social “no significa dejar de cometer actos delictivos; sino sentir que pertenecen a la sociedad y que ésta los acepta. En este sentido consideran que no pueden aspirar a una reinserción, si nunca estuvieron insertados” señala la investigación ¿Re-integrarme? Pero nunca estuve integrado, elaborada por la organización Nosótrikas Tik Tak.
El estudio se compone de 10 apartados que recopilan 30 testimonios anónimos de hombres de entre 14 y 55 años que estuvieron en reclusión, todos habitantes del Valle de México. De acuerdo con el documento Estadísticas sobre el sistema penitenciario estatal en México 2016, del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en el país se registró un total de 188 mil 262 personas privadas de la libertad, de las cuales el 95% eran hombres y casi un tercio se encontraban en el Valle de México, por lo que el estudio resulta relevante.
A pesar de que la experiencia carcelaria trastoca sus vidas y suele ser tormentosa, les ofrece un lugar y un rol que no tienen fuera de las cárceles “y que no vuelven a encontrar una vez que salen de prisión. Dentro, son panaderos, cuidadores de televisores y todo tipo de roles. Fuera son exconvictos, todos iguales; sin medios de dignificación ni confianza”, señala el estudio.
“Las iniciativas dirigidas a este sector no logran comprender a estas personas y se enfocan en extinguir la conducta del crimen, pero no atienden la marginación que los llevó a delinquir, por lo que es probable que se vuelvan a cometer delitos”, afirma Patricia Robles, Directora General de Nosótrikas .
La problemática es sumamente compleja pues la estructura social, que los juzga por su contexto y realidad, ha sido hostil con ellos. Pero esa misma precariedad en la que habitan es el caldo de cultivo para crear las conductas criminales.
El reporte refiere que las políticas públicas, iniciativas privadas y asociaciones civiles que trabajan dentro de los sistemas penitenciarios no atienden de fondo la problemática del delito; y muchas veces sólo logran que los ex penitenciarios asuman de manera sumisa su condición de marginados.
Construcción de la masculinidad en prisión
La investigación apunta que “una determinante de la identidad criminal es la construcción de la masculinidad basada en el sentido de competencia, la virilidad, la hipersexualidad y la agresividad”, cuestión poco abordada en los programas para disminuir el delito.
De acuerdo con el INEGI, el incremento de la población reclusa es principalmente masculina y ha derivado en el hacinamiento de las cárceles, por lo que el instituto afirma que “la construcción de más recintos penitenciarios es una solución poco sostenible a lo largo del tiempo, es costosa y casi nunca logra la reinserción social”.
Lo anterior refleja que la estadía de los hombres en las cárceles contribuye a la construcción de una masculinidad que motiva la agresión.
Dignificación criminal
El estudio de Nosótrikas Tik Tank añade que para estos hombres las actividades criminales son el único medio de dignificación, ya que les otorga poder y los posicionan en un nivel social superior y privilegiado, que no podrían obtener de otro modo.
“Al menos en la cárcel me felicitaban porque hacía un buen pan, pero afuera pues hay gente que estudió para chef y no hay como competirles”. “Y te enseñan a hacer jabones y al chile, yo no voy a vender pinches jabones, quieren que vivas de cosas de 3 pesos, prefiero seguir robando y asÍ te compras la moto, la ropa que te gusta”, son algunos de los testimonios contenidos en el reporte.
Tipos de delincuentes
Finalmente, ¿Re-integrarme? Pero nunca estuve integrado hace una primer caracterización de tipos de criminales:
Los emprendedores criminales. Son los que diseñan las estrategias criminales, tienen poder, muchos privilegios, contactos, además provienen de contextos de marginación poco usuales, por ello difícilmente van a prisión.
Los subalternos. Son los que trabajan para los emprendedores criminales. Dentro de la estructura criminal se encuentran en rangos medios o bajos, con aspiraciones a subir jerarquía. Ellos son los ejecutores de los delitos, por esta razón son llevados a prisión.
Los criminales perversos. Son quienes poseen alguna condición médica y de salud mental que propicia actitudes violentas y que transgreden la ley.
El estudio es de acceso gratuito y puede consultarse en el sitio web de Nosótrikas Tik Tank.
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