Staff/Rossi
México es un país desigual en el que 1% de la población posee la misma riqueza que el 90% en conjunto. Los privilegios de quienes tienen más ingresos también se ven reflejados en la forma en que pagan impuestos, o mejor dicho, la forma en que evitan pagar los impuestos que les corresponden.
Somos el país con los niveles de recaudación fiscal más bajos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). En algunos rubros, como en lo referente a impuestos a la propiedad, recaudamos menos que Hong Kong, considerado un paraíso fiscal.
La crisis desatada por la COVID-19 obliga al gobierno mexicano a hacerse de más recursos, pero no es necesario crear nuevos impuestos para conseguirlos.
Sabemos que el 10% más rico de la población acumula 28% del valor de las propiedades inmuebles(casas, departamentos, edificios y locales que están dentro del país); mientras que el 40% de los hogares con menos ingresos acumula 19% del total.
Estos significa que si mejoramos la forma en que se cobra el predial, estaremos logrando que los estratos más altos paguen más impuestos. Si todas las entidades federativas aplicarán este impuesto como la Ciudad de México (con tarifas que aumentan conforme aumenta el valor de la propiedad), se igualaran los valores catastrales con los de mercado y no se dieran más beneficios y descuentos, podríamos recaudar hasta 378 mil mdp anualmente; esto es 7 veces más de lo que se recauda actualmente ($57 mil mdp).
Existe otro impuesto que puede mejorarse sin necesidad de afectar a la clase media y baja. Se trata de la tenencia, ese impuesto que se elude tan sólo emplacando tu auto en otro estado. Desde que dejó de ser un impuesto federal, el monto recaudado se ha reducido en 70%. Hoy más que nunca, las entidades federativas necesitan fortalecer sus finanzas.
Si cada dueño de un auto en los estados pagará lo mismo de tenencia que un dueño en la Ciudad de México, los ingresos pasarían de 18 mil 283 a 80 mil 480 mdp.. La diferencia equivale a más de tres veces lo que se destinaría en 2021 para el Programa de Jóvenes Construyendo el Futuro.
Finalmente, las personas pueden obtener ingresos por dos fuentes: el trabajo o el capital (cuando se producen ganancias por aprovechar alguna propiedad, como al vender una casa o las acciones de una empresa en la Bolsa Mexicana de Valores). A diferencia de los hogares de menores ingresos, quienes tienen más ingresos se enriquecen a través del capital, no del producto de su trabajo.
Las personas asalariadas, que son la mayoría de los mexicanos, pueden ver en cada recibo o factura cómo su ingreso se reduce por el pago del ISR, mientras que las personas que invierten y ganan dinero a través del capital, gozan de grandes beneficios para pagar menos impuestos.
Idealmente, sin importar cómo ganes dinero, todos deberíamos pagar la misma tasa por esos ingresos. Pero quienes se enriquecen en la BMV, por ejemplo, pagan sólo 10% de ISR.
Si quieres conocer más sobre los privilegios de quienes tienen mayores ingresos y cómo podemos lograr que paguen de forma proporcional a su riqueza, consulta el capítulo Opciones tributaria para enfrentar la crisis del documento La vacuna contra la desigualdad.