Mundo Rural

Hipólito Contreras

La pandemia histórica que todavía no pasa y que se espera ya termine para que las cosas vayan normalizándose, cambió también la forma de pensar y de actuar, en lo político también tendrá sus efectos, ya no será como se esperaba, un montón de sucesos hará que las decisiones cambien.

Es que un pueblo golpeado por la crisis sanitaria y económica, por el desempleo, el alto costo de la vida, la inseguridad, ya no puede tomar las mismas decisiones que habría tomado si no se hubiera presentado la pandemia, hay un antes y un después de.

Hoy no habrá campañas masivas como las había antes, serán en línea y en redes sociales, en los medios de comunicación, será otra forma de campaña, los actos masivos serán posiblemente en futuras campañas.

Hoy los ciudadanos lo que quieren es tener cierta tranquilidad y estabilidad para vivir, hoy les importa menos qué partidos ganarán, o qué partidos son los buenos, lo que desean es tener un poco de dinero en su bolsillo para adquirir lo que necesitan, lo básico, los lujos quedan sólo para los ricos, para la clase política y la clase empresarial, la que a su vez ha sido muy golpeada por los efectos económicos de la pandemia, como nunca antes ha sido golpeada.

Así las cosas, esta elección intermedia ya no será como las anteriores, ni como la inmediata anterior, la del 18, será diferente, millones de ciudadanos enfrentan otra situación, su respuesta puede cambiar a la hora de emitir su voto. Esta será una elección que se dará en medio de una pandemia y una crisis económica compleja.

Hoy nadie de los actores políticos puede decir que es la opción porque para la gente, nadie es opción mientras no existan las condiciones normales para vivir, quien diga, yo soy el bueno porque tengo la respuesta a todos los problemas, está equivocado, es probable que voten cien ciudadanos por él o ella.

Sí, habrá ganadores y perdedores porque así es una elección, pero quienes ganen, quienes obtengan el voto mayoritario será porque son mejores, porque los ciudadanos vieron en ellos cosas buenas que generan mayor confianza.

No, no serán las siglas o nombres de partidos políticos, los que llamen la atención de los ciudadanos, serán las personalidades, las características, las ideas, los antecedentes de los y las candidatas lo que llame la atención.

Los que crean que ya tienen amarrada la victoria porque tienen el apoyo de políticos y gobernantes, o porque tienen mucho dinero para comprar espacios en los medios y para dar y repartir a medio mundo, se equivocan, la gente ya no quiere ricachones como presidentes, diputados y gobernadores, quiere gente buena, sencilla, amable, capaz, al menos eso creo.

Hoy, creo, los ciudadanos que vayan a votar, porque muchos no lo harán, se fijarán en los antecedentes de los y las candidatas, ahora no importará que vengan apadrinados o que tengan mucho dinero, importará lo que hayan hecho, su trabajo en sus municipios, sus distritos, sus comunidades, su comportamiento como ciudadanos, como hijos, como padres, como esposos, como vecinos, sus acciones y proyectos, todo eso importará.

Los que sueñan con repetir como presidentes municipales o diputados locales y federales, aprovechando la figura de la reelección, es muy probable que no lo logren porque buscar la reelección la gente lo toma como ambición, que no se conforman con un periodo, sino que quieren dos o tres, eso no lo ven bien, los ciudadanos quieren ver gente nueva, nuevos rostros, no repetir con los mismos.

En fin, esta será una elección diferente, la pandemia vino efectivamente a cambiar todo y lo político no es la excepción, la sociedad está golpeada, dañada, hay muchos miles que sufren la pérdida de sus seres queridos, y muchos miles y millones sufren la crisis económica, todo esto se junta en esa elección intermedia, por eso los resultados ya no serán lo que muchos esperaban, ya no.

Cierto, hoy se da una fuerte disputa por las candidaturas en todos los partidos, todos quieren, hay denuncias de irregularidades e imposiciones, sin embargo, si hay respeto al voto ciudadano, serán los mejores los elegidos, y si aún así se cometen fraudes para hacer ganar a los que no merecen, el resultado será fatal.

Se podrá afirmar que la elección es una farsa, que ya todo está decidido, que los ricos y millonarios volverán a ganar, que todo es una simulación, es posible, pero la historia dice que los cambios son posibles si una mayoría se decide.