Debate
Por Roberto Desachy Severino
Lo que sucede con Martín Aranza Huesca, mejor conocido como el “dormilón” director del Centro de Seguridad Social (CSS) IMSS en Izúcar de Matamoros, es similar a lo que ocurriría si alguien se topa con un mico en una astabandera: Inmediatamente uno se preguntaría qué demonios hace ahí un chimpancé, también se cuestionaría cómo le hizo para llegar y desde luego que quedaría claro que no debería estar trepado en ese sitio.
Pero la realidad es que Martín Aranza Huesca (matrícula 10739858) es el titular del Centro de Seguridad Social del IMSS en Izúcar de Matamoros, a pesar de que –al menos en teoría- no tendría por qué estar ahí, ya que ha sido formalmente acusado de severas anomalías, como la venta de plazas, fraude al no entregar las mismas, daño al patrimonio físico del instituto y amenazas con violencia física contra sus compañeros de trabajo, etc.
Incluso, el pasado 9 de diciembre varios trabajadores de dicho centro, como Jorge Hernández Serrano, Verónica Magdalena Sánchez, Brenda Ortiz, Mario Azcué, etc, pidieron a la delegada estatal del instituto, María Aurora Treviño García, investigar las múltiples acusaciones contra Aranza Huesca y no dejarlo como titular del CSS.
ACOSO SEXUAL CONTRA MENORES DE EDAD, IGNORANCIA, CORRUPCIÓN, ETC
En dicho documento, cuya copia está en poder del columnista, se vierten denuncias severas contra el funcionario de la dependencia: “El C Martín Aranza Huesca siempre se ha conducido de manera inapropiada y violentando los Derechos Humanos tanto de nosotros como de usuarios y personas ajenas al instituto, ejemplo de ello es agresión física hacia personal dentro de la unidad”.
También lo señalan por “venta de plazas sindicales (en supuesto contubernio con el anterior secretario del sindicato del IMSS en Puebla, Francisco Javier Torres Zenteno), en distintas ocasiones ha atentado contra la propia unidad institucional rompiendo los tubos de filtrado de la casa de máquinas de la alberca, aventando suciedad, animales muertos, pañales sucios, excremento, etc”.
“Ha atentado contra las pertenencias de los compañeros mandando a ponchar las llantas de nuestros carros y rayándolos y dentro de lo más grave están las acusaciones por acoso sexual a usuarias menores de edad dentro del área de albercas”, precisa el texto.
Incluso, sus “compañeros” de trabajo alertan que no tiene los conocimientos necesarios para dirigir el CSS, puesto que ni siquiera puede prender la computadora y no sabe manejar programas esenciales como Word, Excel o Power Point.
VENTA DE PLAZAS, ENTRE LAS DENUNCIAS QUE EL IMSS NO HA QUERIDO INVESTIGAR
El expediente de este funcionario del instituto –cuya copia está en mis manos- deja claro que desde hace más de 5 años mantiene una disputa personal, laboral y hasta física con Jorge Hernández Serrano, uno de sus compañeros de trabajo, con quien ha intercambiado infinidad de acusaciones y hasta denuncias, que –incluso- llegaron a la Fiscalía General del Estado (FGE) en el 2015.
El 9 de enero de ese año, la FGE tuvo que intervenir y tratar de conciliar, luego de que Hernández Serrano y Martín Aranza intercambiaran acusaciones de amenazas, daño en propiedad ajena, acoso laboral, etc. El problema para el director del CSS su enemigo dista mucho de ser el ÚNICO que le ha hecho señalamientos directos de corrupción.
Por ejemplo, el 29 de enero del 2016, una persona llamada Facundo López Arellano lo acusó de un supuesto fraude, debido a que Aranza Huesca le habría pedido 20 mil pesos a cambio de conseguirle dos plazas como enfermeros del IMSS para sus hijos, Lucía y Alfredo Arellano Guzmán. El problema no solamente fue este acto de corrupción, sino que no le dio lo ofrecido y tampoco le regresó los 12 mil pesos que fue lo único que este padre de familia pudo darle.
Un ejemplo más: El 24 de mayo del 2016 un grupo de afiliados al Sindicato Nacional de Trabajadores del Seguro Social pidió al ex secretario general del sindicato en Puebla, Torres Sánchez, la destitución de Aranza Huesca como representante sindical “por su mala gestión administrativa, derivado de que lejos de solucionar problemas entre empresa y sindicato los agrava”, entre otras razones, por andar ofreciendo puestos para trabajar en el instituto y no cumplir con la entrega.
HASTA DEL SINDICATO LO DESTITUYERON
Incluso, el 27 de julio del 2016, según el oficio 2.13.AS/656/2016, el secretario del Interior y Propaganda del SNTSS sección Puebla notificó la BAJA formal de Aranza Huesca como representante sindical, luego de las múltiples acusaciones en su contra. Por ejemplo, el 25 de mayo de ese año, una mujer llamada Blanca Aurora Batalla Balbuena lo acusó de haberle sacado 10 mil pesos con la promesa de darle trabajo en el instituto.
La acusación que la afectada interpuso ante las instancias del IMSS precisa que en enero del 2014 le dio esa cantidad al actual director del CSS de Izúcar de Matamoros, quien durante dos años le dijo que su plaza ya estaba aprobada, pero que el entonces director del centro, Jorge Hernández Serrano, se negaba a dársela.
En su querella, Batalla Balbuena destacó que Martín presumía ser “buen amigo del doctor Torres Zenteno” y que apenas le había devuelto mil de los 10 mil pesos que recibidos. Pese a que el expediente de este personaje es extenso e, incluye, señalamientos concretos por haber obtenido un redondo 0 en su productividad laboral como profesor de Educación Física, de manera inexplicable ha logrado mantenerse en el cargo.
Éste es el perfil de “directores” que, al menos en Izúcar de Matamoros, ofrece a sus derechohabientes la institución más importante del país en materia social y sanitaria. ¿A poco no provoca asco, rabia, impotencia y…terror?.
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