Debate
Por Roberto Desachy Severino
Fue el 23 de noviembre de 1956 cuando- después de una larga lucha por la autonomía- obtuvo la concesión formal del autogobierno, aunque hasta 1963 se reformó la Ley Orgánica de la BUAP que convirtió a su Consejo Universitario en la máxima autoridad dentro de la institución.
Así que este lunes la BUAP recordó un aniversario más de la conquista de su autonomía en medio de un entorno complicado en diversos aspectos: Sanitario (pandemia), económico (la permanente disminución de recursos federales), académico (por la falta de clases presenciales) y político, que es el más complejo y que –lamentablemente- todo apunta a que persistirá al menos hasta el próximo año y que contaminará tanto los comicios concurrentes como la sucesión rectoral.
El 64 aniversario de la autonomía universitaria se da en un contexto inesperado, difícil, pero que ha servido para que la institución cierre filas y refuerce la línea establecida por el rector Alfonso Esparza Ortiz desde el 2013, cuando asumió el cargo como sustituto y lo primero que hizo fue alejar a la universidad de los intereses partidistas, pese a que ello le generó cuestionamientos y críticas tanto de priístas, panistas, morenovallistas, etc.
Pero independientemente del entorno, la BUAP y su administración central tienen un compromiso con Puebla, los poblanos y, primero que nada, con su propia comunidad, cuyos miembros –en lo individual – también han sido afectados por la pandemia y la crisis económica: La desconfianza en los gobiernos, la condición preexistente de América Latina en la crisis del COVID-19.
RECHAZO CERO, APOYO ECONÓMICO Y TECNOLÓGICO PARA LOS ESTUDIANTES Y ACADÉMICOS DE LA BUAP
A pesar de contar con recursos más que suficientes, hasta ahora las instituciones privadas de educación superior, como la Udla, Upaep, Ibero, Madero, Tec de Monterrey, Anáhuac y demás han abandonado a sus alumnos y maestros, a los que –al menos que se sepa- no han entregado ningún apoyo extraordinario para enfrentar las crisis económica y pandémica.
En contraste, el rector Alfonso Esparza Ortiz ha promovido varios programas de apoyo social, económico y académico no únicamente en beneficio de los académicos y estudiantes de la BUAP, sino también de quienes todavía no forman parte de ella, pero quieren ingresar como el plan Rechazo Cero, para que la gran mayoría de los aspirantes a cursar su preparatoria o licenciatura lo hagan, incluso, sin pagar examen de admisión: BUAP extiende programa “Rechazo Cero” al nivel licenciatura
Es una realidad que el sector magisterial, no solamente de Puebla, sino del país, es uno de los más afectados por la crisis Covid-19, debido a los retos que le impone la falta de clases presenciales, el desgaste financiero inherente a la tecnología que deben usar, los lineamientos de la SEP federal que les aumentó el tiempo y la carga de trabajo y, también, les obliga a no reprobar estudiantes y a andarles rogando para que trabajen.
LA BUAP SIGUE ADELANTE
Por ahora, la BUAP es – insisto- la única IES de la entidad que se solidarizó con su cuerpo académico al otorgarles un apoyo económico extraordinario de 5 mil pesos por los gastos adicionales generados por la crisis sanitaria: BUAP emite convocatoria para apoyar con 5 mil pesos a maestros.
Y, también por iniciativa del rector Alfonso Esparza, en agosto pasado la universidad destinó 6 mil equipos de cómputo con datos a los estudiantes que lo requirieron en los niveles medio y licenciatura:Video desde Puebla: Aprueba Consejo Universitario BUAP apoyos especiales a estudiantes y docentes
Este contexto deja claro, una vez más, que la universidad sigue adelante…y así será independientemente del contexto económico, social, político y hasta de salud que la rodee.