Por Rodolfo Herrera Charolet
Resulta incierto el manejo de los casos sospechosos que se acumulan diariamente en las estadísticas epidemiológicas de la Secretaría de Salud, con el argumento de la tardanza en los resultados de laboratorio, los cuales tardan hasta 10 días después de que fue ingresado el paciente a una unidad hospitalaria. Si bien los Casos Activos se refieren a los pacientes que se confirmaron como positivos y están en posibilidad de infectar a otros. Sin embargo este dato acumulado es hasta de una tercera parte de los casos reportados como “sospechosos” y que se van confirmando o desechando en días posteriores, mismos que engrosan datos de la curva de confirmados.
En conferencia de prensa realizada el 11 de junio de 2020 el director general de epidemiología de la Secretaría de Salud del gobierno federal, José Luis Alomía Zegarra afirmó que:
“…La gráfica de la curva epidémica, es decir, estos 55 mil 700 casos que todavía están pendientes de un resultado están prácticamente concentrados, el 85 por ciento de ellos, o sea, la gran mayoría en los últimos 10 días… (…) de lo que se demora en conocer un resultado.” Sin embargo minutos antes afirmó que “133 mil 974, son los casos confirmados de COVID-19, es decir, personas que presentaron signos y síntomas compatibles con la enfermedad, fueron muestreados y su prueba salió positiva al virus SARS-CoV-2… 191 mil 465… salieron negativas… (…) En total, hasta el momento, se han estudiado… 381 mil 139 personas… han fallecido hasta el momento 15 mil 944 personas… (…) 133 mil 974 es la carga acumulada… lo que se considera como la epidemia activa en México es sólo un 15 por ciento de estas personas, que son 20 mil 832, que son precisamente las que iniciaron con signos y síntomas en los últimos 14 días.” (Gobierno de México, 2020)
El 85 por ciento del total de casos clasificados como sospechosos de ese día, son 47 mil 345 casos y que se presentaron en los últimos 10 días y únicamente se reportan 20 mil 832 como activos, en donde más del doble de la cantidad reportada son contagios potenciales de no confirmarse en el menor tiempo posible, en caso de tomar como verídico el dato de casos confirmados como positivos y negativos del total de estudios realizados tenemos que al menos el 50 por ciento de ellos deben descartar, teniendo entonces 27 mil 850 casos positivos que se agregaran dispersándolos hacia atrás de la curva que se realiza diariamente.
La posibilidad de contagio por lo tanto para ese día es de 48 mil 682 activos. Dato que resulta de sumar al total de datos activos reportado, más el 50 por ciento de los sospechosos que tendrán resultados positivos de acuerdo al promedio acumulado de estudios negativos contra el total de estudios realizados. Esta realidad aporta una percepción distinta del aplanamiento de la curva que se difunde constantemente y que se manipula al arbitrio del que la elabora.
Más adelante Alomía Zagarra en dicha conferencia de prensa afirmó que “… es importante mencionar que… conocer un resultado no solamente representa el periodo que demora una unidad y un laboratorio en poder detectar, notificar y confirmar el caso; dado que están registrados por fecha de inicio de síntomas, aquí también se incluye la demora o el tiempo que pasó para que la persona demandará la atención médica. Si la persona inició con síntomas hoy, pero demoró dos, tres o cuatro días para demandar atención médica, entonces aquí ya hay tres o cuatro días que están distribuidos en la gráfica que no había una oportunidad de emitir un resultado porque la persona todavía no había demandado atención médica. Hoy día el promedio de la atención médica de la mayoría de los casos anda entre dos y tres días. Entonces, eso se suma al hecho de que ahora voy, tomo a muestra, clasificó el caso como sospechoso. En el momento en que lo clasificó como sospechoso… Pero ¿qué pasa si esa persona acudió, por ejemplo, un sábado y el sábado y domingo no había disponibilidad del servicio? Es citada o si está hospitalizada la muestra se toma hasta el lunes en la mañana.”
Independientemente de la tardanza en la toma de muestras, lo relevante es la afirmación “el sábado y domingo no hay disponibilidad del servicio” cuando en un momento de crisis sanitaria, lo adecuado y responsable, es que existan y se instrumenten medidas sanitarias para realizar las pruebas en esos días, y no sólo en horarios hábiles, sino las 24 horas, que se traduce en mayor personal médico y de laboratorio que se requieren para enfrentar la pandemia.
Continuando con las afirmaciones del Director de Epidemiología del gobierno de la república dijo que “Una vez que la muestra se toma, ahora viene un periodo del envío de la muestra, esto también varía en cada entidad federativa y en cada unidad. Las unidades médicas que están en la misma localidad o ciudad donde se encuentre un laboratorio estatal de salud pública de estos 32, pueden hacer el envío de la muestra el mismo día y llegará el mismo día, pero hay muchas unidades que están distribuidas en todo el estado y en algunos estados esto podría tardar 48, 72 horas más en que la muestra llegará de la unidad a el laboratorio. El laboratorio… puede pasar hasta tres días para emitir un resultado.” Entonces, si sumamos el periodo en que la persona demandó la atención, si fue o no muestreada el mismo día que demandó la atención, que eso podría tener un retraso de uno o dos días más, el tiempo que demora la muestra en llegar al laboratorio y el procesamiento y la emisión del resultado… podemos… llegar a esos 10 días y en otros casos pueden ser menos.
Ante esta afirmación, no se explica el motivo por el cual se mantienen como sospechosos en forma permanente más de 50 mil casos y se modifican los datos hasta a más de 60 días de haberse publicado, realizando un registro de dispersión, al reducir los datos recientes hacia el histórico de la curva que se construye.
A diferencia del sector público de la salud los laboratorios privados proporcionan “El resultado de la prueba realizada… estará disponible en un plazo aproximado de 6 días hábiles. (El tiempo de entrega de resultados está sujeto a la capacidad de producción y a la demanda de la prueba. La prueba depende de la disponibilidad de los reactivos por parte del proveedor)”. (Médica Sur, 2020 )
México se encuentra en una etapa crítica de la pandemia por coronavirus. Según el vocero del gobierno federal en “etapa 3 y aplanamiento de la curva”. Con los hospitales comenzando a saturarse por completo y los contagios que aumentan de forma progresiva, por lo que se han vuelto esenciales tanto las medidas de prevención como el diagnóstico oportuno de la enfermedad; sin embargo, hasta el momento, el país se encuentra entre aquellos que menos pruebas para COVID-19 realizan.
En mayo de 2020 el Gobernador de Puebla, Luis Miguel Barbosa Huerta, denunció que el gobierno federal no ha apoyado a Puebla para enfrentar la contingencia sanitaria por Covid-19 y que:
“no se recibirá en el estado a pacientes foráneos como las autoridades federales pretenden. El mandatario dijo que son falsas las cifras que la Secretaría de Salud presentó la noche del martes sobre la disposición hospitalaria en la entidad poblana, pues ésta es menor al 80 por ciento y no hay capacidad para atender a pacientes de otras entidades como el Estado de México o de la capital del país. “Esos datos no son ciertos. Eso es parte de una estrategia porque nos quieren traer a enfermos de la Ciudad de México y del Estado de México. Aquí vamos a cuidar a los poblanos. Nadie nos ha ayudado y nos vamos a ayudar solos, así de simple”, declaró Barbosa en su conferencia de prensa de este miércoles, al ser cuestionado sobre el tema… (…) Barbosa Huerta refirió que las cifras mostradas por el subsecretario de Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell, son falsas, pues Puebla tiene menos del 80 por ciento de disponibilidad hospitalaria, que fue la cifra proporcionada por el funcionario federal. “… aquí vamos a cuidar a los poblanos, nadie nos ha ayudado, aquí nos vamos a ayudar solos, así de simple”, remarcó… Y si así como lo hace con Puebla, la federación maquilla la información del resto de los estados, las verdaderas cifras podrían ser alarmantes.” (e-consulta, 2020)
El 7 de mayo de 2020 el presidente de la República respondió a los señalamientos que realizó el gobernador de Puebla, en el sentido de que:
“Esos datos que dio el responsable de Epidemiología de la Federación no son ciertos. Eso es parte de una estrategia porque nos quieren traer enfermos. Sí tenemos capacidad de respuesta, pero no así como la están mencionando. Aquí vamos a cuidar a los poblanos, nadie nos ha ayudado, nosotros nos vamos a ayudar solos”… (…) Tales declaraciones generaron polémica a nivel nacional, así como las del ex rector de la UNAM y ex secretario de Salud, José Narro, quien este último aseveró que las cifras que ha dado a conocer el epidemiólogo… son puras mentiras y falsedades… (El Informador, 2020) también puso en duda que en el país se halla “aplanado la curva” de muertes y contagios por Coronavirus, al reportar tan sólo en cinco días 6 mil 500 casos positivos… (El) subsecretario de Salud federal.”” (La Jornada de Oriente, 2020)
En conferencia de prensa en Palacio Nacional el Ejecutivo dijo que hay críticas como las del “gobernador Miguel Barbosa que se deben aceptar, porque hay libertad de expresión… por la noche en conferencia de prensa Hugo López-Gatell respondió a las críticas de gobernadores y ex secretarios de Salud, en el sentido de que sus cifras no tienen credibilidad”. (El Siglo de Torreón, 2020)
En mayo de 2020 “la Secretaría de Salud justificó el desfase de cifras que existe entre el informe diario de la pandemia de coronavirus en México y la base de datos en su sitio oficial, bajo el argumento de que podría haber fallas en el sistema de captura… José Luis Alomía, director general de Epidemiología, explicó que dicha diferencia se puede dar por un error en la notificación de casos y no por una acción deliberada del gobierno.” (24 Horas, 2020) Por su parte el senador Ricardo Monreal, presidente de la Junta de Coordinación Política del Senado de la República, cuestionó a Hugo López-Gatell sobre acciones contra coronavirus, en cuanto a la cantidad de pruebas de laboratorio y los datos difundidos, así como los resultados y utilidad de las mismas. (Milenio, 2020)
La reducida atención y realización de pruebas a provocado un impacto significativo en las cifras, dando la imagen de un curva aplanada y sin crecimiento acelerado, sin embargo las medidas de confinamiento voluntario no se han acompañado de decisiones firmes para su cumplimiento, lo que provoca contagios permanentes afectando la vida política, económica y social de la población, que se ve obligada a tomar pruebas de laboratorios privados, donde los precios varían de un lugar a otro, pero, en general se encuentran entre los $3,500 y los $10,000 pesos. Pero, este no es el único factor que debe tomar en cuenta el paciente, las listas están saturadas y un paciente puede esperar hasta 72 horas para poder realizarse una prueba.
Esto cobra relevancia al considerar que quienes padecen coronavirus pueden empeorar en cuestión de horas, como lo dijo el subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud y vocero del gobierno federal en materia de Covid-19. No obstante de la crisis social y económica que vive el país, únicamente se han realizado 0.4 pruebas por cada 100 mil habitantes, lo que quiere decir que México ocupa el último lugar entre los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) en cuanto a la cantidad de reactivos aplicados. Por otro lado, de los 54 laboratorios que la Secretaría de Salud señala que están certificados para realizar las pruebas, al menos 3 solo analizan resultados. Los lugares que si realizan el test tienen costos que varían dependiendo, sobre todo, de si se hace una valoración médica previa o si con ella se detectan más enfermedades. Una persona que presente síntomas tiene que esperar al menos una semana para saber si es positivo o no.
Mientras la guerra de declaraciones y la justificación del vocero del gobierno federal de no hacer mayor cantidad de pruebas para diagnosticar Covid-19, siguen ocupando la atención de las autoridades sanitarias, los hospitales, cementerios y crematorios llegan a su límite.