Mundo Rural
Hipólito Contreras
Los huracanes después de los daños que generan, dejan beneficios a los humanos: agua abundante, una enorme recarga de los mantos acuíferos, todas las presas se llenan al tope o hasta se derraman.
El agua es elemento vital para la vida, el desarrollo, simplemente con este vital elemento se hace todo, sin agua no sería posible la vida, esa agua en abundancia es lo que nos dejan los huracanes, los ciclones, las tempestades, las tormentas tropicales.
Hoy esta pandemia que está causando miles de muertos en el mundo y que está dañando las economías a nivel regional, nacional y mundial, también como los huracanes está dejando beneficios.
La pandemia no sólo le dice a los humanos: “preocúpense y ocúpense en cuidar la vida, sus recursos, hagan cosas buenas, cuiden el mundo, su único mundo”, también les dice: “esto es para que dejen un poco su consumismo, su costumbre y actitud destructiva, mientras yo paso, ustedes dejan de contaminar un poco, de destruir, de aniquilar la vida con mi paso los llevo a la reflexión, que el dinero no les va a resolver nada, que la vida no se compra con dinero”.
Un diputado nos decía que mientras la potencias estaban atareadas y entretenidas en su desarrollo, en sus tecnologías, en su poder, en el desarrollo de sus armas, les llegó la pandemia, los tomó desprevenidos y les causó mucho daño, la pandemia, nos dijo el legislador, sorprendió a algunos millonarios a los que no les alcanzó el dinero para curarse y se fueron.
Veamos, porque así es, que dentro de los perjuicios, la pandemia deja beneficios a los humanos, pero sobre todo a la Tierra misma y sus recursos.
En esta pandemia el hombre moderno dejó sus contaminantes autos y se fue a resguardar, a esconderse. En México y el mundo dejaron de circular digamos el 80 ciento de los autos y automotores a gasolina y diesel, esto representó un respiro al planeta, se dejaron de emitir muchos millones de toneladas de bióxido de carbono, la Tierra volvió a respirar un poco, todos esto en cadena beneficia al aire, los bosques, las selvas, los ríos, los mares, las especies, todos se quitan en forma temporal un gran carga contaminante.
Hoy las grandes y medianas ciudades del país y del mundo están semivacías, pocos autos circulan, hoy las ciudades se pueden recorrer y disfrutar como nunca antes, los pocos que se animan a salir de sus encierros las recorren con gran facilidad, adiós temporal a los embotellamientos, al trafico intenso, la contaminación. Sólo en la Ciudad de México y su zona metropolitana su parque vehicular es de unos 10 millones de autos, hoy quizás circulan 500 mil y son muchos.
Las playas de México y el mundo recuperan su belleza, su esplendor, sus aguas se ven limpias, transparentes, hermosas, sus millones de destructores están en sus casas, por unos meses las dejan en paz, las tortugas podrán desovar y reproducirse, nadie las molestará.
Las lagunas, los lagos, los ríos, se recuperan un poco, las aves y diversas especies regresan, sus enemigos, los humanos, están en sus casas.
Si se frena un poco la deforestación, los bosques y animales que lo acompañan podrán recuperarse un poco, por ahora los destructivos humanos los dejarán en paz, lamentablemente regresarán en poco tiempo.
También los incendios forestales bajarán porque hay menos actividad en el campo, no es lo mismo cuando la actividad forestal y agrícola está al cien por ciento que cuando baja digamos al 50 por ciento por la pandemia.
La calidad del aire se mejora también no sólo por la disminución de autos sino porque mucha fabricas que emiten contaminantes, dejan de operar temporalmente, esto baja los niveles de contaminación al aire y los ríos, se reduce la cantidad de aguas residuales que son enviadas a los ríos y los mares.
Por la pandemia el destructivo y consumista humano se repliega un poco, se va a sus casas, para parcialmente sus actividades con lo que reduce en gran medida la contaminación.
Hoy desde el espacio la Tierra lucirá más azul que nunca, más hermosa que nunca, una pandemia frenó un poco la carrera destructiva de los humanos.