Mundo Rural
Hipólito Contreras
Hace muchos años se hablaba de dos sistemas predominantes en el mundo: el sistema capitalista y el sistema socialista. Todo el occidente capitalista y la mayor parte del oriente socialista.
Hoy en pleno siglo XXI ya casi no se habla del bloque socialista porque entró en crisis desde el desmantelamiento de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas. Las ideas marxistas leninistas perdieron fuerza. Los Estados concentradores de odos los poderes hoy casi no existen. Los ideales y principios socialistas de los años 60 y 70 hoy son historia.
Hoy nadie entiende el Movimiento Estudiantil del 68, hoy no se sabe qué es lo que querían esos jóvenes influenciados por el socialismo mundial que imperaba en esa época.
Hoy es hoy y parece que la lucha va por otro camino y con otras estrategias, lo pasado quedó en el pasado.
Con la crisis del bloque socialista se podrá afirmar que el triunfador y vigente es el modelo capitalista porque es un modelo que practica la democracia y vela por las plenas libertades en las sociedades. Pues no, creo que no es así porque ni hay democracia, ni hay libertades, y ni hay justicia para las grandes mayorías.
Si el Estado socialista le caracteriza la concentración de poderes en el Estado, en el Estado capitalista esa concentración de poderes está en las grandes empresas, en los grupos de poder que acumulan riqueza, mientras millones viven en la pobreza.
Se podría decir que esto es falso, que en el sistema capitalista todos son libres de dedicarse a lo que quieran siempre que sean actividades lícitas, que nadie tiene que ser pobre si se pone a trabajar y a prepararse para competir con los demás.
Podría ser que si el Estado capitalista fuera defensor de la igualdad, de los derechos de cada ciudadano a ser feliz y facilitarle las cosas para que adquiera o tenga lo básico para vivir con dignidad, pero no es así, el Estado capitalista al darle prioridad a la ganancia, a la concentración de riqueza, genera la injusticia, la desigualdad, la ventajas para los privilegiados y las desventajas para las mayoría, esto lleva a una constante disputa y a lucha por los bienes.
Por lo tanto el Estado capitalista no es el triunfador, no es el modelo ideal para lograr una mejor sociedad, en la que cada uno de los ciudadanos tenga lo básico para vivir dignamente.
El Estado y modelo capitalista es opresor, explotador, destructor, concentrador de riqueza, injusto, violador de los derechos humanos, destructor ambiental, generador de pobreza y violencia. No es el modelo a seguir, es el modelo a dejar enterrado en el pasado.
Por eso cuando el nuevo gobierno dice que se está dando un cambio de régimen y que se avanza en la llamada Cuarta Transformación nacional, nos deja muchas dudas porque ¿qué implica un cambio de régimen? ¿es lo mismo que un cambio de sistema? Creo que no, que podrá haber un cambio de régimen dentro del mismo sistema, y así no hay cambio alguno, todo sigue igual. Si en México seguirá habiendo súper ricos, súper millonarios, y en el lado opuesto, súper pobres, entonces ¿para qué nos sirve un cambio de régimen si todo sigue igual?
Lo que en México necesitamos es un cambio de sistema, el nombre es lo de menos, lo importante es que sea un sistema avanzado en el que la meta sea lograr el bienestar de todos, lograr una sociedad en la que cada ciudadano tenga acceso a todo lo que necesita para ser feliz, para eso hay que darle empleo bien remunerado, alimentación asegurada, escuela accesible en todos los niveles, salud con servicios integrales, vivienda digna, transporte digno, acceso al deporte, cultura y recreación.
Ese nuevo sistema promoverá la protección de la vida, de todos los recursos naturales, de todas las especies vegetales y animales.
Cuando todo eso esté en proceso hablaremos que estamos en otro sistema o modelo de gobierno, en un sistema avanzado que lucha por la paz, el bienestar de los ciudadanos y la protección de la vida.