Rossi A. G.
La medición del bienestar subjetivo se enmarca en un creciente consenso a nivel internacional sobre la necesidad de dar seguimiento al progreso social a través de la perspectiva de las personas acerca de sus experiencias de vida, y no solo a través de la disponibilidad de bienes y servicios. Esto implica llevar las mediciones del bienestar “más allá del PIB” para centrarnos en reportes sobre la calidad de vida, que permitan evaluar en qué medida la población disfruta de su vida, si está satisfecha con ella y con algunos de sus principales aspectos, si tiene sentido de propósito y si reporta experiencias gratas y significativas. Se trata de un esfuerzo por reconocer que los destinatarios finales del progreso son las personas y que por eso es necesario poner atención no solamente al acceso a bienes y servicios materiales, sino también a cómo experimentan sus circunstancias, pues en ello influyen en paralelo aspectos de calidad de vida no cuantificables en unidades monetarias.
Para la medición del bienestar subjetivo, el INEGI ha implementado instrumentos de captación de información conocidos como módulos de Bienestar Autorreportado (BIARE) por medio de los cuales se solicita, a personas de 18 y más años de edad, que consideren un conjunto de aspectos relacionados con sus experiencias de vida y les otorguen una calificación. El diseño conceptual de BIARE sigue los lineamientos emitidos por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), de la que México es miembro. En esta ocasión, se presenta información actualizada del módulo “BIARE básico” a julio de 2019, mismo que acompaña, durante el primer mes de cada trimestre, al levantamiento de la Encuesta Nacional sobre Confianza del Consumidor (ENCO), con una muestra de 2 336 viviendas distribuidas en 32 ciudades (una por entidad federativa). BIARE básico brinda, por tanto, seguimiento continuo a información representativa de la población urbana adulta del país.
Los resultados de este proyecto a julio de 2019, muestran que, en una escala de 0 a 10, el promedio de satisfacción con la vida, reportado por la población adulta urbana, se situó en 8.3, valor igual al de julio de 2018.
Atendiendo a los ámbitos o dominios específicos de satisfacción, una constante ha sido que, se valoran más los aspectos relacionados con la esfera privada de las personas y, menos, los que conciernen a ámbitos más amplios o públicos. Es así que, a lo largo de la serie, las relaciones personales son el ámbito mejor valorado, en esta ocasión con una calificación promedio de 8.7. En contraste, aspectos que tienen que ver con la esfera pública, como el país y la seguridad ciudadana, continúan siendo los ámbitos peor valorados, con promedios de 6.8 y 5.3, respectivamente; adicionalmente la satisfacción con la seguridad ciudadana acusa un descenso, de hecho, es el único dominio que así lo hace respecto a un año atrás.
El balance anímico de la población urbana de 18 y más años, en una escala que va desde -10 hasta +10, indica un predominio de los estados anímicos positivos sobre los negativos, dando como resultado un promedio de balance anímico general de 6.3 en julio de 2019.
El INEGI da a conocer los resultados del BIARE Básico dos veces por año. En esta ocasión se presentan los que corresponden a julio de 2019.
• El INEGI da a conocer los resultados del módulo de Bienestar Autorreportado (BIARE) con información al mes de julio de 2019.
• El objetivo de los módulos BIARE consiste en captar aquellos aspectos relacionados con el bienestar subjetivo a los que la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) recomienda dar seguimiento por parte de las oficinas nacionales de estadística. El Módulo BIARE Básico, acompaña a la Encuesta Nacional sobre Confianza del Consumidor (ENCO) y ofrece información representativa de la población adulta concentrada en 32 ciudades del país.
• Durante el séptimo mes de este año, en una escala de 0 a 10, el promedio de satisfacción con la vida, reportado por la población adulta urbana, se situó en 8.3, al igual que en el mismo mes de 2018.
• Entre los hombres, el promedio en julio de 2019 se ubicó en 8.4, mientras que entre las mujeres fue de 8.2.
• Visto por ámbitos de satisfacción, las relaciones personales mostraron el mayor promedio (8.7), mientras que dominios de la esfera pública como la satisfacción con el país (6.8) y seguridad ciudadana (5.3) presentaron los menores promedios; estos dos últimos son dominios tradicionalmente de baja valoración.
• Del total de la población adulta urbana, 2.2% calificó entre 0 y 4 su satisfacción con la vida, y 8.1% la evaluó con 5 o 6; 42.4% otorgó una calificación de 7 u 8, en tanto que 47.3% señaló un nivel de satisfacción con valores de 9 o 10.
• En una escala de -10 a +10, el balance de estados de ánimo positivos y negativos de la población en julio de este año fue de 6.3, una décima por debajo del registrado en el mismo mes de 2018 (6.4).
El bienestar subjetivo se observa a partir del reporte que hacen las personas respecto de su propio bienestar en relación con tres aspectos: 1) satisfacción con la vida en general y ámbitos específicos de la misma, denominados dominios de satisfacción; 2) fortaleza de ánimo y sentido de vida (Eudemonía), con base en el grado de acuerdo mostrado con ciertos enunciados; y 3) balance anímico, que explora la prevalencia de estados anímicos positivos o negativos en un momento de referencia. Para ello, el INEGI ha implementado instrumentos de captación conocidos como módulos de Bienestar Autorreportado (BIARE), donde se solicita a personas de 18 y más años, que consideren distintos reactivos relacionados con los tres aspectos anteriores y les otorguen una calificación.
El propósito del BIARE básico, o módulo BIARE incorporado a la ENCO, es complementar la información económica de coyuntura, con información generada desde otra perspectiva sobre el desarrollo y el progreso de las sociedades y que considera relevante las valoraciones de los individuos acerca de su propia situación en relación con elementos inmateriales o intangibles que también inciden en su calidad de vida. Ejemplo de ello son los bienes relacionales (familia y afectos), los logros personales, la percepción sobre el entorno, así como otros bienes no proporcionados por el mercado. Además de ser un tema de interés en disciplinas como la economía, la psicología o la sociología, es información relevante para formadores de opinión y, en general, para quienes requieren dar seguimiento a los aspectos relacionados con la calidad de vida de la sociedad mexicana del siglo XXI, a partir de valoraciones otorgadas por la población, y recolectadas con base en estándares que promueven tanto organismos internacionales, como un creciente contingente de investigadores y analistas alrededor del mundo.
1. Satisfacción con la vida
El primer aspecto a valorar del bienestar subjetivo es la satisfacción con la vida en general. Se solicita a la persona entrevistada que establezca una calificación en una escala de 0 a 10, donde 0 sería total insatisfacción y 10 total satisfacción.
Para julio de 2019, el promedio de satisfacción con la vida en general reporta una calificación de 8.3, ubicándose en el mismo nivel respecto a julio de 2018 y una décima por encima del registrado en igual mes de 2017 (gráfica 1). En cuanto a las diferencias según el sexo de los informantes, en promedio, los hombres alcanzaron un nivel de satisfacción mayor que el de las mujeres: 8.4 frente a 8.2
En julio del presente año, los jóvenes de 18 a 29 años son quienes declararon mayor satisfacción con la vida, al promediar 8.5; el promedio disminuyó, registrando 8.2 para el grupo de 30 a 44 años de edad, 8.3 en la población de 45 a 59, y 8 en el grupo de 60 y más años. Cabe señalar que, en todos los grupos de edad, la satisfacción con la vida es menor para las mujeres que para los hombres.
La mayor diferencia se da en el grupo de 30 a 44 años.
a. Dominios de satisfacción
En referencia a los aspectos específicos o dominios de satisfacción, los tres ámbitos con valoración más baja en julio de este año son la satisfacción con la seguridad ciudadana, el país y la ciudad, orden que persiste si se observan los resultados del año anterior (julio de 2018).
La seguridad ciudadana muestra el menor nivel de valoración por parte de la población, con un promedio de 5.3 en julio de 2019; mientras que, en el mismo mes del año anterior, registró una calificación de 5.4. Por su parte, la satisfacción con el país se ubica en 6.8, dominio que reportó el mismo nivel en julio de 2018. En lo que se refiere a la satisfacción con la ciudad, el promedio fue de 7.3 en julio pasado, aumentando una décima respecto al año anterior.
Tomando en cuenta la valoración de satisfacción con todos y cada uno de los dominios, entre los meses de julio de 2018 y 2019, crecieron los rubros de tiempo libre, actividad u ocupación, y ciudad; mientras que la valoración con la seguridad ciudadana disminuyó una décima Al observar la diferencia en el promedio reportado en julio de 2019 menos el promedio en julio de 2018, pero ahora en hombres y mujeres por separado; la mejora más importante en la valoración se dio en tiempo libre (0.2) por parte de los hombres, en general la calificación que otorgan a los distintos dominios es más alta en julio de 2019, salvo dos, que se mantienen con el mismo nivel de julio de 2018: seguridad ciudadana y relaciones personales. En el caso de las mujeres, entre 2018 y 2019 reducen su calificación en país, nivel de vida, actividad u ocupación, seguridad ciudadana, vecindario, relaciones personales, y estado de salud.
Comparando los cambios de julio de 2018 a julio de 2019 entre los distintos grupos de edad, la mayor diferencia positiva, fue en tiempo libre, ciudad, país, y seguridad ciudadana para el grupo de 60 y más años; mientras que los rubros ciudad y país para el grupo de 30 a 44 años son los que acusan un mayor descenso en valoración en 2019 respecto a 2018 (-0.3).
b. Distribución de la población por rangos de satisfacción
La distribución de la población según el nivel de satisfacción en una escala de 0 a 10 se agrupa en cuatro rangos: cuando califica su satisfacción con algún valor de 0 a 4, la población se considera como “insatisfecha”; con 5 o 6 se considera “poco satisfecha”; con 7 u 8 “moderadamente satisfecha”, y con 9 o 10 “satisfecha”.
Los datos para julio de 2019 señalan que entre la población adulta urbana, 2.2% se colocó en el extremo más bajo de satisfacción con la vida en general; en el siguiente rango, poco satisfecha, se situó 8.1%; un 42.4% se reportó moderadamente satisfecha con su vida en general; en tanto que 47.3% quedó ubicada en el rango de valoración más alto: satisfecha con su vida.
De acuerdo con los dominios de satisfacción, el que concentra el mayor porcentaje de población satisfecha fue relaciones personales (62.7%); mientras que 31.3% se encontraban moderadamente satisfechos con este dominio, acumulando 94 por ciento.
La actividad u ocupación que se realiza es otro dominio en el que se ubicó un importante porcentaje de población que lo aprueba (92.7%): un 35.5% como moderadamente y un 57.2% como satisfecha.
En contraste, el dominio que concentra el mayor porcentaje de población insatisfecha fue la seguridad ciudadana (25.3%); además, 37.4% indicó estar poco satisfecha con este dominio, lo que acumula 62.7% de población cuya satisfacción con la seguridad no es mayor a 6 en una escala de 0 a 10. Respecto a la satisfacción con el país, 36.2% de la población se encontró insatisfecha o poco satisfecha.
Tomando como referencia julio de 2018, el porcentaje de población que declaró estar insatisfecha con su país aumentó de 8.2% a 9.6%, no obstante, en el otro extremo, también se incrementó el porcentaje de los satisfechos de 17.4 a 19.4 Eudemonía
El segundo aspecto del bienestar subjetivo es la fortaleza de ánimo y sentido de vida o eudemonía. Para medir dicho aspecto, se pregunta a la persona entrevistada qué tanto se identifica con ciertos enunciados. Para ello, se solicita que califique el grado de identificación en una escala de 0 a 10, donde 0 significa que está en total desacuerdo y 10 en total acuerdo. Los primeros nueve enunciados del cuadro 4 son de valencia positiva, es decir, mientras más considera la persona que aplican en su vida, se desprende una señal de mayor fortaleza de ánimo; por su parte, el último enunciado es de valencia negativa, de modo que entre más de acuerdo se esté en que el enunciado aplica en su vida, se infiere menor fortaleza.
Este conjunto de resultados muestra que, entre julio de 2018 y julio de 2019, cuatro enunciados de valencia positiva presentaron un incremento: soy una persona afortunada; soy libre para decidir mi propia vida; tengo fortaleza frente a las adversidades, y el que me vaya bien o mal depende de mí.
Entre julio de 2018 y julio de 2019, las mujeres presentaron una mejora solo en uno de los enunciados de valencia positiva: soy libre para decidir mi propia vida, y una disminución en los enunciados: soy optimista con respecto a mi futuro y la mayoría de los días siento que he logrado algo. Por su parte, los hombres reportaron una mayor eudemonía al presentar un aumento en siete enunciados de valencia positiva, y una disminución del único enunciado de valencia negativa; al tiempo que los dos restantes (la mayoría de los días siento que he logrado algo y tengo un propósito o misión en la vida) continuaron con la misma calificación Balance anímico
El tercer aspecto relacionado con el bienestar subjetivo es el balance afectivo o anímico. Para aproximarse a él, se pide al entrevistado determine, en una escala de 0 a 10, qué tanto predominaron, el día anterior a la entrevista, estados anímicos positivos y negativos.
El balance es el resultado de restar a los puntajes en los estados anímicos positivos, los puntajes en los estados anímicos negativos; de modo que los valores finales del balance pueden situarse en una escala con un recorrido que va desde -10 hasta +10 (ver la sección de aspectos metodológicos).
Una vez establecido lo anterior, en el cuadro 5 se muestra que el promedio del balance anímico general es positivo en julio de 2019 (6.3), aunque una décima menor al año anterior (6.4).
En el séptimo mes de este año el balance específico más alto se alcanza en la dicotomía enfocado o concentrado vs. aburrido o sin interés en lo que hacía (7), pero manteniendo el mismo nivel de un año atrás. Los promedios más bajos se presentan en la oposición con vitalidad vs. sin vitalidad (5.4) que, junto con buen humor vs. mal humor, presentó un decremento de 0.2; mientras que el balance tranquilo vs. preocupado o estresado disminuyó 0.1; por su parte, emocionado o alegre vs. triste o deprimido se mantuvo con relación al año anterior.
Más allá de los balances y considerando, por separado, en escala de 0 a 10, los distintos estados anímicos positivos por una parte y los negativos por la otra, en julio de este año el conjunto de estados positivos promedió 7.7, con una reducción de una décima conforme a lo reportado en julio de 2018; frente a un promedio de 1.4 de los estados negativos que se mantienen sin cambio.
Con relación a la diferencia entre julio de 2018 y julio de 2019, por grupos de edad, se observa que el balance anímico general del primer grupo, que abarca la población de 18 a 29 años, retrocedió dos décimas, mientras que el grupo de 30 a 44 años, disminuyó tres décimas; en contraste, el grupo de 45-59 años incrementó su balance anímico general en dos décimas y el grupo 60 y más años no mostró cambio.
La mayor caída en balances se detecta en el contraste con vitalidad vs. sin vitalidad en la población de menor edad (18 a 29 años) con una merma de cuatro décimas; igual disminución a la que tienen las dicotomías emocionado o alegre vs. triste o deprimido, así como tranquilo vs. preocupado o estresado, en población de 30 a 44 años.
De julio de 2018 a julio de 2019 las mujeres presentaron un descenso en el promedio de balance anímico en general, así como en los cinco balances específicos y en los estados anímicos positivos. En el caso del balance con vitalidad vs. sin vitalidad también los hombres registraron un decremento
c. Distribución de la población por rangos de balance anímico
Para apreciar la distribución de la población se establecen tres rangos. En el primero se ubican todos los individuos que mostraron un balance negativo, es decir, aquellos que declararon que los estados negativos predominaron en su ánimo la mayor parte del día anterior a la entrevista; en el segundo rango se ubican quienes tuvieron un balance entre 0 y 5; y, en el tercer y último rango, los que presentaron los balances más altos con una clara predominancia de los estados anímicos positivos.
Lo primero que destaca el cuadro 7 es que, en julio de 2019, 4.3% de la población adulta urbana se situó con un balance negativo, 22.7% en un balance ligeramente positivo y 73% en un balance inequívocamente positivo.
En cuanto a balances específicos, en julio de este año, el contraste concentrado o enfocado vs. aburrido o sin interés en lo que se estaba haciendo es el que registra menor porcentaje de población con balance negativo (3.4%) y, a su vez, la mayor concentración poblacional en los niveles más altos de balance positivo (75.1%). En cuanto al mayor porcentaje de individuos en el lado negativo del balance, corresponde a la dicotomía tranquilo, calmado o sosegado vs. preocupado, ansioso o estresado (6.6%).
El Bienestar subjetivo y la confianza del consumidor
Como ya se ha apuntado, el módulo BIARE Básico acompaña a la Encuesta Nacional sobre Confianza del Consumidor (ENCO), que llevan a cabo de manera conjunta el INEGI y el Banco de México en 32 ciudades del país (una por entidad federativa), lo que permite generar indicadores de coyuntura relacionando ambas fuentes de información.
Así, en el cuadro 8 se observa que, durante julio de 2019, en general, existía una relación positiva entre el indicador de confianza del consumidor y el rango de satisfacción en el que se ubica la persona, de manera que, a mayor nivel de satisfacción con la vida (renglones), le acompaña un mayor valor absoluto del ICC y sus componentes.