2 de junio, la primera prueba electoral de AMLO

Aristegui Noticias

Los comicios serán un parámetro para medir la aceptación o rechazo a las principales decisiones de López Obrador y para calibrar los efectos de la sobreexposición mañanera de la investidura presidencial.

Falta una semana para las elecciones locales de 2019, en las que la llamada “Cuarta Transformación” vivirá su primera prueba frente a las urnas; un primer examen ante el electorado que hace un año se volcó mayoritariamente en favor de Andrés Manuel López Obrador.

Varias posiciones se disputan los partidos políticos el próximo 2 de junio:

Las gubernaturas de Puebla y Baja California; 86 diputaciones de los Congresos locales de Baja California, Quintana Roo y Tamaulipas; 55 ayuntamientos de Aguascalientes y Durango y cinco municipios de Puebla.

Para la coalición Morena-PT-PES (y su nuevo aliado, el PVEM), significa la oportunidad de confirmar su racha ganadora iniciada en 2018 y extender su dominio. Para el PAN, el desafío es no perder en seis estados que gobierna. Y, para el PRI, la posibilidad de recuperar algo de lo que perdió entre 2016 y 2018.

Pero los comicios son, además, un primer termómetro del ánimo social un año después de aquel primero de julio en el que AMLO y Morena arrasaron con casi todo.

El #2DeJunio se sabrá si la popularidad de López Obrador (de más del 60 por ciento según el tracking diario de Consulta Mitofsky) todavía tiene el don de convertirse en votos a favor de cualquiera que sea postulado por Morena.

Los comicios serán un parámetro para medir los efectos de la sobreexposición mañanera de la investidura presidencial. Y un referente para conocer la aceptación o rechazo social a las principales decisiones de López Obrador y su estilo personal de gobernar.

Con la decisión que tomen los 13.5 millones de ciudadanos convocados a las casillas podrá hacerse un primer cálculo del desgaste de AMLO en el ejercicio del poder, del impacto de su nueva “política social”, e incluso, del grado de penetración que han logrado los ejércitos de “servidores de la nación” y el “Bienestar” distribuido a través de tarjetas bancarias.

Algunos datos permiten anticipar escenarios y dimensionar la importancia de estos comicios.

En esas seis entidades, López Obrador cosechó 4 millones 511 mil votos en 2018; en todas, fue el candidato presidencial más votado.

En cinco de los seis estados (Baja California, Durango, Puebla, Quintana Roo y Tamaulipas), la coalición Juntos Haremos Historia se llevó las dos senadurías de mayoría relativa, y en Aguascalientes –donde el PAN ganó– Morena colocó al senador de primera minoría.

En la elección de diputados federales, de los 43 distritos ubicados en esas seis entidades, la coalición Morena-PT-PES ganó 36, y el Frente PAN-PRD-MC, 7. En Baja California y Quintana Roo, el lopezobradorismo se llevó carro completo.

Un año después de las elecciones federales, las encuestas señalan que Morena podría arrebatarle al PAN las gubernaturas de Baja California y Puebla, convertirse en fuerza preponderante en los Congresos de Quintana Roo y Tamaulipas, y ganar municipios importantes en Aguascalientes y Durango.

De ser así, el PAN estaría perdiendo un bastión histórico que gobierna desde 1989 –Baja California–, simbólico porque ahí se produjo la primera alternancia a nivel estatal y porque lo gobernó ininterrumpidamente durante tres décadas.

En Puebla, Morena estaría ganando una de las pocas gubernaturas que no se echó a la bolsa en 2018, cuando el ex gobernador Rafael Moreno Valle movilizó el aparato oficial para hacer ganar a su esposa, Martha Érika Alonso.

Sumando estos estados a los cinco que ganó el año pasado, Morena estaría gobernando a más de 36 millones de habitantes a nivel estatal, que representan una tercera parte de la población nacional.

Las elecciones del 2 de junio también darán luz sobre el comportamiento electoral del nuevo gobierno federal, que ya ha sido acusado por el PAN, el PRI y el PRD de repartir tarjetas de programas sociales con los colores de Morena, mantener el levantamiento del padrón del bienestar en los estados donde hay campañas y transmitir íntegra la conferencia mañanera en canales públicos de televisión (11 y 14) sin respetar la pauta de spots de los partidos políticos.

Aunque las quejas por estas acciones han llegado a cuentagotas a las autoridades electorales, todavía falta por ver cómo se comportarán los operadores del nuevo gobierno en el cierre de las campañas, durante los tres días de veda y el día de la jornada electoral.

El compromiso presidencial de nunca más interferir en las elecciones desde el aparato gubernamental aún está a prueba.

Qué se elige

Aguascalientes: 11 ayuntamientos

Baja California: 1 gubernatura, 25 diputados, 5 ayuntamientos

Durango: 39 ayuntamientos

Puebla*: 1 gubernatura, 5 ayuntamientos

Quintana Roo: 25 diputados

Tamaulipas: 36 diputados

*Elecciones extraordinarias por la muerte de la gobernadora en funciones y por la anulación de la elección ordinaria en cinco municipios.

 

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