La segunda oportunidad: Historia de Reinserción Adolescente…relato en primera persona de Luciano

Arte desarrollado por jóvenes internos en la Granja
Arte desarrollado por jóvenes internos en la Granja

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Rossi  Alvarez

En Puebla, el secuestro tuvo un aumento del 6% del periodo 2013 al 2017 y la extorsión disminuyó un 36% del periodo 2014 al 2017.

Dentro de la delincuencia, la participación de los adolescentes lamentablemente va en aumento por diversos factores sociales, económicos, familiares, etc., que los llevan a cometer robo, secuestro, homicidio, violación, drogadicción. Delitos que ameritan estar en un Centro de Reinserción ya sea por tres años o cinco años.

Lo más preocupante de estos actos ilícitos es la sorpresa al percatarnos que están involucrados menores de edad, uno se puede preguntar ¿qué los llevó a cometer estos delitos?; ¿dónde están sus padres?, ¿habrá una segunda oportunidad de vida para volver a iniciar?

¿En qué momento se perdieron en un mundo lleno de delincuencia, realmente vale la pena arriesgarse a perder la libertad, como finalmente la perdieron?.

En esta ocasión, compartimos un par de historias que podrán adentrarnos en la de vida de menores infractores en Centros de Reinserción, para saber si estar en ellos realmente les sirve para una segunda oportunidad de vida, siempre y cuando ellos decidan cambiar.

Este trabajo periodístico se desarrolló el pasado jueves 12 de diciembre, con el objetivo de conocer el trabajo de reinserción social en los menores infractores y, sobre todo, de conocer más a fondo cómo se apoya el que dichos jóvenes corrijan sus vidas.

Las entrevistas siguientes se hicieron gracias a la disposición del personal de la secretaría de Seguridad Pública y del Centro de Internamiento Especializado para Adolescentes del Estado de Puebla (Granja CIEPA), a quienes agradecemos mucho su apertura para que la ciudadanía conozca el gran trabajo en beneficio de los menores que ahí se desarrolla:

ORIGEN FUE DESTINO…LUCIANO Y SU HISTORIA DE DELINQUIR DESDE LOS 11 AÑOS

Buenas tardes “Luciano” ¿Qué edad tienes? 22 años, cuéntanos un poco de tu historia.

Soy de la Ciudad de México de la colonia Cuauhtémoc, pues empecé a cometer delitos desde muy chico  a los once años comencé robando en una tiendita un dulce, un gansito, algo fácil, poco a poco empezó todo a subir de nivel criminológico, vendía vicio, me empecé a juntar con gente adulta, los cuales me enseñaron el negocio de la extorsión y secuestro, me vi involucrado en esos ámbitos.

Hacia lo predecible

Me hicieron la oferta para venir a Puebla porque decían que había lana en Puebla, era un adolescente no medí el riesgo y acepte. Estaba ya en el negocio del secuestro, 2 o 3 negocios, en una de esas me atraparon, las personas con las que estaba en la banda me buscaron para tener comunicación; por decisión propia decidí no involucrarme más, por seguridad de mi familia.

En este Centro de Reinserción me enseñaron que tenía la capacidad y habilidades para salir adelante como carpintería, pintura y estilismo.

Una nueva oportunidad

Estoy en 4º. semestre de prepa me quedarían pocas materias que pienso acabar cuando salga en mayo del 2019. Tengo un proyecto a corto plazo que me ofrecieron de trabajar en una peluquería, pienso aceptarlo para no estar de ocioso, además de que me estarían dando un lugar donde quedarme.

No pienso regresar a la Ciudad de México para no involucrarme de nuevo en la delincuencia, es como volverme a meter en problemas y, en lugar de eso, voy a aprovechar las oportunidades para una nueva vida.

Quiero ahorrar dinero para estudiar una licenciatura en Artes, porque el arte cambió mi mundo, cuando empecé a pintar cambiaron mis emociones, conocí la tristeza, la angustia que no estaban ligadas con el secuestro ahí no hay sentimentalismo para eso, además tengo la habilidad de pintar.

El camino fácil o el camino seguro

Cuando estaba afuera ganaba mucho dinero por un secuestro, cada quince días aproximadamente de $60, 000.00 pesos; me lo gastaba en fiestas y en tonterías, estando adentro le di el valor al dinero ahora tengo que organizar más mi dinero, me siento apto para el cambio y empezar desde cero.

Mi decisión es aceptada por mi familia, cuando tenía 6 años mi familia se desintegró y algunos de mis hermanos están en el Cereso, otros siguen delinquiendo, pero ellos respetan quién soy ahora.

Termino con lo siguiente:

No me arrepiento de todo lo que hice, pues no hubiera llegado aquí “Así de sencillo”.

 

 

 

ERNESTO: “ANTES NO PENSABA LAS COSAS, NO MEDÍA LAS CONSECUENCIAS DE MIS ACTOS”

Buenas tardes “Ernesto” ¿Qué edad tienes? 20 años, cuéntanos un poco de tu historia.

Soy de Veracruz, llevó en reinserción 3 años, pienso que he cambiado, porque afuera no pensaba las cosas, cuando era adolescente todo me daba igual, no medía las consecuencias, este lugar me han ayudado a trabajar, a pensar mejor, en muchos aspectos me ha hecho superarme y salir adelante.

En el Centro de Inserción realizó varias actividades, como trabajar, el estudio, afuera me daba igual, quiero terminar mis estudios y estudiar una carrera, estoy en 2º semestre de preparatoria, me gusta la electrónica y quiero estudiar una Ingeniería Electrónica.

Malas compañías nos guían por el camino equivocado

Todo empezó por malas amistades, me gustaba juntarme con personas mayores, quise salir adelante, no quería que me mandaran papá y mamá me fui a México y conocí a una persona que me invitó a un “jale” en Puebla, no me dijo exactamente qué era, pero que yo sabía que eran secuestros.

No había incurrido en ningún delito, pero me convencieron que iba a ganar dinero, solo tenía 17 y era envidioso.

Un nuevo camino se presenta

Al estar aquí en el Centro de Reinserción, he cambiado porque ahora mido las consecuencias, los pros y contra, mi familia me apoya, está Poza Rica y me visita cada medio año.

He cambiado un poco, antes era rebelde, me prendía rápido.

Cuando pasó todo (lo del secuestro y su captura) mis compañeros se dieron a la fuga y no me avisaron que les había caído la “voladora” (que los habían atrapado), me dejaron y se dieron a la fuga.

Me arrepiento del delito que cometí, pero no de estar aquí, porque me han ayudado y pienso reconstruir mi vida.

La recomendación que Ernesto les da a los menores que delinquen o que piensan en hacerlo es muy clara:

“Valoren la libertad y la familia, que son lo que importa, se pierden muchas cosas por andar en malos pasos, hay casos que no los apoyan, mejor valoren todo lo que tienen”.

 

 

 

Arte desarrollado por jóvenes internos en la Granja
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