Benzema desata la goleada blanca

MARCA Claro

Al fin. El Real Madrid había perdido la costumbre de despachar partidos cómodos, goleadas que atemorizaban a Europa. El campeón de Champions regresó a sus viejas costumbres con Karim Benzema como estrella, apabullando 5-0 al Viktoria y reservando para Roma la disputa del primer puesto.

La rueda de la fortuna ha girado con Santiago Solari. Ya no apunta con su dedo acusador al Real Madrid. Todo lo que antes salía mal ahora sonríe con picardía al equipo blanco, aunque cometa tantos errores o despistes como antes. Pese a un cuarto de hora inicial malo, muy malo, como en Moscú, una acción maravillosa de Benzema, recordando a aquel delantero total que despuntaba en Lyon, desatascó el partido y mostró la distancia real entre ambos conjuntos. Sideral. Cuesta creer que los checos fueran capaces de dar réplica en el Bernabéu, con una defensa tan débil.

Santiago Solari completó su triple corona al ganar un partido de Copa, uno de Liga y uno de Champions.Lo hizo eligiendo a Courtois, que debutó en la Champions de blanco, fortaleciendo la medular con Ceballos y Lucas, y dejando mucho crack en el banco:Asensio, Isco y Modric, más Vinícius, a quien se suponía que daría minutos. Algunos se quedaron sin participar en la fiesta blanca.

Maravilla de Benzema

El partido viró a los veinte minutos con una maravilla. Controló Benzemarecostado sobre la izquierda, avanzó elegante hasta la frontal, recortó hacia dentro ante Prochazka, engañó a Reznik amagando el remate de derecha y resolvió bajo las piernas de Hruska con un pase a la red. De pronto se esfumó el remate a la madera en propia meta de Nacho, la ocasión de Chory, las pérdidas de Casemiro y los desajustes del bloque que amenazaron con un siniestro en el arranque del partido, bien trabajado por los checos. Incluso contaron con el guiño del mítico Aytekin, que no vio un golpetazo con el codo de Ramos a Havel que reventó la nariz. Los locales eran animosos, pero tenían pies de barro. Al primer golpe cayeron con estrépito.

Como en los viejos tiempos, los de antes de la crisis, el Madrid olió la debilidad y se lanzó a degüello. Casemiro aprovechó un córner dulce de Kroos y cabeceó a la red. Y después de conceder un dos contra tres a la vuelta de un córner a favor, error de infantiles, que Havel resolvió mal, Benzema se escabulló en el área pequeña y encontró la asistencia de Bale para anotar desde cerca. Segunda diana del francés, la 201 en su cuenta.

Líder de grupo

El liderato, tras la victoria en Moscú, estaba en los goles, y el Madrid lo conquistó antes del descanso. Benzema devolvió la gentileza a Bale peinando un balón que el galés empaló con calidad. Eso jamás se le cuestiona.

El segundo acto perdió tensión por lógica. El Viktoria buscó su golito y minimizar el tamaño de la goleada. Los cambios de Solari también tuvieron mensaje. De los que entran y los que salen. Javi Sánchez y Vinícius, destacados en Melilla, tuvieron media hora, mientras Ramos se protegió de la sanción para Roma, donde se puede decidir la posición para el cruce de octavos. También aligeró de carga a Benzema, ovacionado, y Kroos, que se marchó tras firmar un golazo. Se fue Vinícius en velocidad, le dobló el alemán, la asistencia quedó corta y Toni metió el empeine interior, abajo, para ordenar una vaselina exquisita sobre Hruska.

Desde entonces hasta el final, el Madrid pudo aumentar el tanteo. Vinícius mostró detalles, Bale estrelló un remate seco en la cruceta, le anularon un gol a Lucas por fuera de juego que no era… Un gustazo para un equipo con dudas. Siguiente estación, Balaídos. No parece que la etapa Solari vaya a encontrar allí un escenario tan cómodo.

 

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